Cap 1

No tenía ganas de hacer nada, me sentía mal por haberla dejado así sin más, pero ya no lo soportaba más, eran solamente mentiras y más mentiras... No podía. De todos modos ella seguirá siendo mi amiga y no quiero sentirme todavía mal por algo que no es mi culpa, no lo haría. Salí un rato, sólo para respirar aire fresco.. lo necesitaba.

Estuve mendigando por diferentes calles, acabé perdido sin razón. Me sentía mal, sí, pero.. ¿Cómo me he perdido?

Me hallaba en una pequeña plaza con dos bancos solitarios y viejos, estaban rayados con nombres ilegibles que le envejecían, y una parte de metal oxidado en las esquinas de cada uno. No tenía el móvil, así que tuve que ir preguntando si alguien sabía el camino de vuelta a la calle 4 de mayo.

Una chica un poco más baja que yo rubia de ojos penetrantes verdes, era guapa y parecía amable, se ofreció a acompañarme a mi casa. Porsupuesto acepté la propuesta.

-Muchas gracias, de verdad, pero si te molesta no hace falta que me acompañes, con las indicaciones que me has dado creo que podre llegar solo.

-No importa, conozco un camino más corto para llegar allí, voy allí todos los días, y voy a tener que ir de todos modos, así que mejor puedo ir acompañada.-Se ofreció. Su voz sonaba dulce y aguda.

-De acuerdo. Entonces sí.

-Sonrío entrecerrando los ojos- ¿Me esperas aquí un momento? Voy a mi casa a buscar mi mochila, enseguida vuelvo.

Se fue corriendo. Me senté y estuve esperando.

Otra chica venía a la plaza corriendo, casi volando. Se paró enfrente de uno de los banco y murmuró algo, después se sentó. A la luz de la tarde se le apreciaba un precioso pelo largo y negro, con un corte picado y un largo flequillo. Y unos ojos azules y brillantes que parecían deslumbrar como un foco de luz en la oscuridad. Se giró y se dio cuenta de que la miraba, así que aparté la mirada, eso sí, sin dejar de observarla por el rabillo del ojo. Después de unos dos minutos más ella se fue corriendo, dejando que su pelo rizado se enredara con el viento y pareciera que volaba. Me acerqué adonde ella había estado sentada. Había un colgante tirado en el suelo, supuse que era de ella, así que lo guardé.

Si tenía ese colgante podría tener la oportunidad de volver a verla. Mientras la otra chica, que no sabía el nombre, llegaba.

-Siento haber tardado.-Me observó un momento, creo que todavía tenía esa cara de asombrado-. ¿Me he perdido algo?

-No.. creo-Murmuré.-Oye, no me has dicho tu nombre

-Oh, es verdad, me llamo Laura, ¿y tú?

-Jace. Bonito nombre, me gusta.

-Gracias -Respondió mientras sonreía.

Me acompañó como había dicho hasta mi calle y seguimos juntos hasta el mismo apartamento.

-Oye, se que es meterme en asuntos ajenos, pero ¿a dónde vas? Es vas al mismo apartamento que yo. Tengo curiosidad.

-A casa de una amiga, alomejor la conoces, ya que vives en el mismo edificio. Se llama Melissa.-Me sorprendió mucho que fuera a casa de Mel, es una amiga mía, nunca me había hablado de Laura.

-Sí, es una amiga mía desde hace mucho tiempo. ¿Te vas a quedar en casa de ella esta noche?

-Sí, me quedo con ella todos los fines de semana. Es mi mejor amiga, y yo soy su mejor amiga.

Eso me sorprendió mucho, Mel nunca ha dicho que tiene más amigos aparte de nosotros.

-Ella.. nunca me ha hablado de ti.

-No suele hablar mucho sobre sus otros amigos. Tampoco me ha hablado de los amigos... como tú. Aunque si le he preguntado, pero evita las preguntas.

Mientras charlábamos, había llegado a mi casa.